-Y dígame, ¿viene usted mucho por aquí?
-Casi cada tarde, y últimamente más. Me siento tan sola a veces…
-La entiendo como si fuera yo. La multitud acompaña, pero no siempre es suficiente.
-Si, ya ve, en este trajín de ir y venir nadie repara en nadie. Parece que sólo hay una urgencia desmedida por llegar quién sabe a dónde.
-Y ¿a dónde quiere usted ir?
-Yo quería ir al séptimo cielo y ser feliz por encima de todas las cosas. Imaginaba una vida discreta y confortable, de mariposas en el estómago. Sin ruidos, sin golpes. Una vida de mimos, caricias, besos y ya ve: Matilde en los infiernos.
-Yo hubiera querido tener a quien llevar al séptimo cielo, hacerla feliz y rozarla sutilmente para no quebrar su fragilidad, disipar sus miedos y ya ve: César derrotado.
-César… Un nombre poderoso, gigantesco y en este caso incluso oportuno: “Ave César morituri te salutant”.
-¡Qué ocurrente! No lo había pensado. ¿Así qué latín? Yo soy un apasionado de las matemáticas. Si le digo la verdad, hasta ayer, era un auténtico adicto empeñado en descifrar… ¿Sabe qué ningún número de Fermat puede ser la suma de dos números primos? Eso nos lleva a que uno de los sumandos siempre es 2. Claro ¿no lo ve? siempre son impares y… lo siento; la estoy aburriendo…
-No, pensaba simplemente en que debía resultarle un desafío… indoloro.
-Si, un refugio. A mi, como le diría…a mi la gente, en especial las mujeres como que no…no se me daban bien. Yo no tenía palabras bonitas que ofrecer así que me vi atrapado en los cálculos y los años se evaporaron con los teoremas y después… después casi no hay nada. Bueno, después llegó Internet…y más soledad. Y un día en la cola del super vi que sólo compraba monodosis: una naranja, dos cebollas, una ración de espinacas, un lenguado y en mi casa sólo había una cuchara, una silla y la omnipresente pantalla del ordenador y su mundo de mentira… ¡Qué tristeza Matilde!
-No diga eso César. Suena a fracaso. Después de todo, si usted quiere, está la vida con su alegría, sus ganas de festejarse, y la luz y el calor de unas manos. Y ¿sabe lo que de verdad nos espera siempre? Pues nos espera la primavera…agazapada cada año deseando vivir. Siempre queda la primavera floreada, de color…
-Yo soy alérgico
-¿A la vida?
-No, a las flores, bueno y a la vida un poco también. Ya ve Matilde. Matilde ¡qué sonoro! Es un nombre hermoso. Me atrevería a decir que es una perfecta combinación de números impares que tiende a infinito…
-Perdone. Me hablaba de las flores.
-Perdone le hablaba de la vida, de la fragilidad, de la mala suerte de ser alérgico, de oler y estornudar.
-A mi, de llorar se me ponen los ojos como si fuera alérgica. Son ojos de brótola, decía mi madre. Ese es un pescado muy feo.
-Pues es Ud. muy guapa. Si me permite, es Ud. preciosa. No debería llorar por si se afea. ¡A ver si va a dejar de gustarme!
-Me toma el pelo, César. ¿Cómo va a gustarle una mujer que llora hasta quererse morir?
-No me diga Matilde que aún quiere morirse. Yo ya no tengo tantas ganas…
-Pues yo sí, decididamente si. Es que hace un par de años que no levanto cabeza. Vengo aquí día si y día también, pero tampoco encuentro presencia de ánimo para hacerlo. Soy una cobarde…
-Cobardes somos todos. ¡Míreme! Cuesta mucho esfuerzo decir adiós y con lo que tengo encima: un despido procedente por curiosear el porno en el trabajo, una hipoteca que sube como la espuma, una adicción patológica a los números y un terrible deseo de besarla…
-¿De verdad? Yo sólo tengo un pasado de golpes, dos hijos a los que no veo, una depresión crónica y un terrible deseo de que me bese. ¿Me da su mano, César? Quizá los dos juntos seamos capaces de dar el salto.
-Quizá, Matilde… aunque antes, discúlpeme la indiscreción ¿sueña usted? Quiero decir no soñar de dormir. Le pregunto por sus sueños de estar viva.
-Ya casi no sueño César, pero hasta hace poco soñaba con recuperar el rumbo, que nadie me hiciera daño y que mis hijos aún me reconociesen y anhelaba volver a la taquilla. Yo era taquillera en los cines Renoir de versión original y veía muchas películas, sobre todo de amor. ¿Sabe? hay hombres que aman apasionadamente hasta en Siberia.
-¿Con un amor ardiente como en el trópico, Matilde?
– Con un amor incendiario, César. Un amor de delirio y de yemas de los dedos, de futuro, de tacto delicado y de desasosiego; con un amor de fuegos de entrepierna, agitación y prisas. Aún sueño que alguien me abraza por las noches, que no bebo más, ya no bebo más y me rio a carcajadas como ahora. ¿Ud. se ha visto, César? Los pantalones le quedan por los tobillos. ¡Qué poco moderno! Francamente está usted …..ridículo.
-¿Se ríe con ganas de mi, Matilde? Desde luego para lo que he quedado, pero si le divierte, me alegro. Mire, a lo tonto a lo tonto se ha hecho de noche con la conversación.
-Es verdad se nos ha pasado la tarde volando y otro día sin éxito. ¡Menudo porvenir como suicidas!
-Matilde
-¿Qué?
– A ver si vamos a resbalar con las tonterías. Agárreme con fuerza y retírese del Viaducto. Le prometo que si lo pasa así de bien, mañana traeré bermudas para que acabe por llorar de la risa. Porque… ¿vendrá Ud. mañana, verdad Matilde?
-Claro que vendré.
Lola B. Gallardo
Qué bonito…
Es pura poesía, me he quedado con ganas de más,
¿hay más?…
Me ha encantado. Es uno de los relatos más maravillosos, tiernos y optimistas que he leído. Un placer haberlo disfrutado.
Me encantaría seguir a la autora.
Excelente relato que desde las primeras líneas te sumerge por completo en las «pequeñas» historias personales que inundan la conversación. Tan brillante el fondo sobre el que reflexionar como la forma en que se nos presenta.
Qué importante la forma de contar un cuento… Porque, ¿qué es un cuento si no es contarlo?
Precioso, tierno y muy bien escrito. Actual y esperanzador. Dos personajes muy bien caracterizados en pocas líneas. Muy bonito.
«La felicidad se puede hallar hasta en los momentos más oscuros, si somos capaces de usar bien la luz».
Me ha encantado, un canto optimista a la vida.
A los protagonistas se les abre una puerta al futuro y…¿quién sabe?, si al amor…
Magnífico!! Cuándo el próximo?
Qué delicioso cuento. ..ya sabíamos que eras extraordinaria Lola. Te queremos desde Granada
Eso…que nos gusta muchísimo el cuento. ..sigue escribiendo. ..esto es lo tuyo…mil besos desde Granada
La soledad compartida nos da una nueva perspectiva, una posibilidad de alegría. Gracias por esta manera tan bonita de ver las relaciones
Sorprendente, esperanzador, muy bien captado por los personajes la soledad y el desaliento y al mismo tiempo el deseo de agarrarse a la vida con alguien que puede ser tu salvación y tu futuro. Enhorabuena a la escritora
No se si vendra mañana pero lo que si espero es poder leer un nuevo relato tan ocurrente y al mismo tiempo tan cerca de la realidad.
Un cuento que refleja la soledad en un mundo lleno de gente, de actividad, de ocio y trabajo pero en el que mucha gente no encuentra su sitio. Siempre hay una puerta que se puede abrir y que por los miedos de cada uno, no se abre para empezar de nuevo. ¡Enhorabuena por el cuento Lola!
Fantástico.
Tan sutil y vaposoro que te envuelve con una frescura que casi te eriza la piel.
Tan perfectamente detallado que te sumerges en los personajes con extrema facilidad y tan deliciosamente narrado que te absorbe por completo durante su lectura.
Enhorabuena Lola. Espero ansiosa el siguiente.
Una preciosidad de relato y una delicia cómo está escrito. Ojalá hubiera más escritores así, que hoy en día escasean.
Buenos días, me ha encantado el cuento, y me gustaría, si es posible, leer más cosas de esta autora
Me encanta!!!❤
Un relato buenísimo. Me gustaría saber si hay algo mas publicado de esta autora.
Me ha encantado este breve relato, bien construido, muy humano y de gran calidad literaria! Da gusto poder leer así.
Sigue por favor…..
Un estilo muy personal y, a la vez, reconocido en los grandes como Mihura, Ionesco, Lorca…
Me ha atrapado esta autora. Quiero más y pronto.
Precioso relato.
Reflexivo. Situación que se repite cada vez mas en esta sociedad acelerada.
Ha sido un deleite leerlo.
Muy muy hermoso
Magnífico los dos personajes llenos de miseria y cómo al final cambia la perspectiva de los dos
Preciosa manera de hablar de la vida, con sus encuentros y desencuentros.
Yo también vendré mas veces aquí, a encontrarme con la autora.
Preciosa manera de hablar de la vida, con sus encuentros y desencuentros.
Yo también vendré mas veces aquí, a encontrarme con la autora.
Ese talento natural no se puede aparcar por más tiempo. Queremos más! No dejes de escribir…
¡Qué delicia de lectura! ¡Te atrapa en el flirteo y solo al final te descubre el pastel! Qué serena la conversación y qué vértigo de repente! ¿Qué pasó mañana? Espero encontrarme a Matilde por las taquillas del Renoir. Y seguir leyéndote muchos años más, Lola.
Admiro la capacidad que tienen tus relatos de aislarte de todo lo que te rodea y no volver a ser tú mismo hasta que no terminas de leerlos. Eres genial.
Me ha encantado este giro optimista de una situación tan cruda fruto del desaliento y la soledad. Sencillamente maravilloso, Lola.
Sencillamente maravilloso, Lola¡¡¡¡