¿Formas parte del 38% de personas en España que colabora con una ong? Si es así, te doy la enhorabuena, estás contribuyendo a la construcción de un mundo un poquito mejor. Si tu respuesta es que no, te hago otra pregunta, ¿¡¡a qué estás esperando!!?

La madurescencia es una de las mejores etapas de la vida, sino la mejor, para ayudar a la sociedad, participando en una causa social. ¿No te lo crees? Ahí van varias razones de peso: hay menos obligaciones y más tiempo libre, uno tiene las ideas claras de lo que quiere y de lo que no, tienes un mayor poder adquisitivo, cuentas con la experiencia y los conocimientos de toda una vida que pueden ser muy útiles a los demás y por último pero no menos importante, te encuentras en la búsqueda de nuevas experiencias y proyectos.

Cuando uno piensa en participar en una causa social, es muy posible que lo primero que le venga a la cabeza sea realizar una donación, sin embargo, no es la única opción. Además de aportar dinero, que es muy importante, no nos engañemos, uno puede ofrecer su ayuda en forma de tiempo, es decir, haciéndose voluntario. Una actividad que puede resultar tremendamente satisfactoria, ya que ayuda a sacar lo mejor de uno mismo, estimula la autoestima, aumenta la empatía y el compromiso, se adquieren nuevos conocimientos, se conoce a gente nueva…

… Y además, ¡es bueno para la salud! Una investigación liderada por la Universidad de British Columbia, en Canadá, demostró que realizar voluntariado es bueno para el corazón, después de analizar los niveles de colesterol de un grupo de personas que llevó a cabo actividades de voluntariado.

Es curioso comprobar que a más edad, uno está más dispuesto a contribuir económicamente y menos a regalar su tiempo como voluntario. De hecho, el perfil del donante en España, según la Asociación Española de Fundraising, es el de una mujer de 46 años de edad media, con estudios universitarios, casada o en pareja y sin hijos.

Sea cual sea la forma en la que ayudes a los demás y te involucres, debes saber, aunque pueda parecer una frase tópica, que con tus actos estás cambiando el mundo. Quizás pienses que tu aportación es muy modesta o reducida, pero lo que haces, sumado a todo lo que hace el resto, hace mucho. Un grano de arena puede parecer insignificante, pero muchos de ellos conforman una hermosa y larga playa.

Si con estos argumentos te he hecho ver la luz y estás dispuesto a convertirte en todo un activista de las causas solidarias, estate atento a somosmadurescentes.com porque próximamente te daremos más claves sobre cómo y dónde colaborar.

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