Como madurescente llega un momento en el que visitas a tu médico de cabecera y él o ella te hace ver que por tu edad debes tomar más en serio eso de tener una alimentación “saludable”. Ya sea para prevenir la aparición de ciertas enfermedades relacionadas con la madurescencia, para paliar los síntomas que ya tengas o bien, simplemente, porque cada edad en nuestra vida tiene unos requerimientos nutricionales diferentes.

Te ves en esta situación y, como persona interesada por su salud, te sumerges en una ardua búsqueda a través de las redes sobre hábitos de alimentación saludables o dietas que te ayuden a cumplir con este objetivo que te has marcado. Entre millones de artículos, páginas, blogs, etc. te topas con varios artículos que te dicen que el consumo de gluten es perjudicial para la salud, incluso para personas no celiacas.

Esta corriente de “los anti-gluten” ha ido creciendo exponencialmente en los últimos años. Estas personas alegan que nuestro cuerpo (el de las personas no intolerantes al gluten) no está preparado aún para el consumo de cereales que contienen gluten, y que de hecho es tan peligroso que se relaciona con el desarrollo de enfermedades tan graves como: el lupus, el autismo, la esquizofrenia, algunas enfermedades del hígado, etc.

Pero os estaréis preguntado, ¿qué es el gluten? El gluten es una proteína que se encuentra en algunos cereales de manera totalmente natural. Los cereales con gluten son: el trigo, la cebada, el centeno, la avena y la espelta. El gluten está asociado al almidón y constituye aproximadamente el 80% de las proteínas de estos cereales. ¿Y qué función tiene? Pues es el responsable de la elasticidad de la masa de harina, y confiere la consistencia elástica y esponjosa de los panes y masas horneadas.

Volviendo a la teoría de “los anti-gluten”, ¿en qué se apoya su teoría sobre que el gluten es malo para la salud? En un intento de buscar evidencias y datos que apoyen esta teoría, no he sido capaz de encontrar verdaderas investigaciones científicas que hayan concluido inequívocamente que el consumo de estos cereales tiene relación con el desarrollo de estas enfermedades.

El hombre, desde que en el Paleolítico dejó de ser nómada y se convirtió en una especie sedentaria y agricultora, ha consumido como parte fundamental de su dieta las gramíneas, es decir, los cereales. Hay datos sobre el cultivo de estos vegetales ya en el 12000 a. C por parte de culturas que vivían en las actuales Palestina e Irak. Y desde entonces hasta la actualidad nuestra dieta se ha basado en el consumo de estos cereales. ¿Cómo es posible que después de tantos miles de años consumiéndolos, no nos hayamos adaptado aún? ¿Cómo sobrevivieron entonces nuestros antepasados? ¿No debíamos habernos extinguido debido a estas enfermedades que provoca el consumo de gluten?

 

Con todo esto no quiero decir que el consumo de cereales sea maravilloso para la salud y que solo debamos comer cereales con gluten. En mi opinión la base de una alimentación saludable es que hay tener una dieta variada y que se adapte a nuestra actividad física diaria.

En diciembre de 2016 la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria publicó una nueva pirámide de alimentación saludable, en la que se incluyen datos como la actividad física, el equilibrio emocional, el balance energético (equilibrio entre lo que comemos y lo que gastamos), el consumo de agua o la utilización de técnicas culinarias saludables. Y sobre el consumo de cereales, nos recomiendan que los consumamos dependiendo del grado de actividad física que tengamos diariamente. Pero nunca que los eliminemos de nuestra dieta, ya que son una fuente de fibra, vitaminas del tipo B y minerales necesarios para nuestra vida.

Mi recomendación para cuando decidáis buscar información que os ayude a llevar una dieta más saludable durante la madurescencia, es hacerlo en páginas de confianza en las que la información provenga de especialistas y se base en hechos científicos contrastados, no en páginas en las que alguien escribe, muchas veces sin darse a conocer, dando su opinión y consejos desde su experiencia personal.

Si queréis consultar la nueva guía de alimentación saludable de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria os lo podéis descargar desde su página web. También, si os interesa consultar alguna otra página fiable sobre nutrición os dejo el enlace a la página de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética. Aquí tenéis un directorio de asociaciones donde seguro que encontrareis información fiable sobre estos hábitos de alimentación saludable que queréis lograr.

Obviamente, en este artículo me estoy dirigiendo a personas que no tienen ningún tipo de intolerancia al gluten, ya que para nosotros no hay ningún peligro en su consumo. Está claro que para las personas intolerantes al gluten la guerra es otra, sobre todo para encontrar productos libres de él. Pero eso va a para otro artículo.

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