Toti Martínez de Lezea, autora de libros tan conocidos como “Los cuentos de Nur”, Itahisa o La Abadesa, es una madurescente de Vitoria que empezó a escribir hace tan solo 18 años, y desde entonces no ha parado.

Llevando una lista de miles de libros publicados, con su fuerza y vitalidad nos demuestra que los años no son una barrera para seguir trabajando en lo que te gusta y verdaderamente te apasiona.Pregunta: Novelas históricas, mitológicas, cuentos … tienes más de 50 libros publicados… (en 18 años) cuéntanos, ¿Por qué comienzas a escribir en la madurescencia?

Respuesta: Porque hice una apuesta con un amigo a que era capaz de escribir una novela y porque era el momento supongo. Hay textos que es mejor escribirlos cuando se tiene experiencia de la vida, se ha gozado y sufrido, se ha leído antes mucho, se ha visto y se ha oído de todo.

P: Una de tus obras más famosos es “Los grafitis de mamá, ahora abuela”, un texto lleno de ironía sobre la condición de una mujer madurescente que es una entregada ama de casa..… ¿Crees que sigue siendo esa la realidad de muchas mujeres?

R: Lo es, incluso para aquellas que además han trabajado fuera del hogar. El trabajo del ama de casa sigue siendo una tarea no remunerada, no reconocida, sin horas, sin vacaciones y, por supuesto, sin jubilación. Compañeros, hijos, nietos, familiares mayores, dependientes, comidas, limpieza, ahorros y demás, sigue siendo mayoritariamente asunto de las mujeres.

P: En algún caso, ¿Buscas reivindicar algo a través de tus libros y obras?

R: Más que reivindicar, intento decir algo, incluso denunciar. En mi caso y a mi edad, sería inútil dedicarle tanto tiempo a algo solo por pasar el rato. Y hay muchas maneras de hacerlo sin ponerse trascendental. La Literatura, la novela, es una buena herramienta para denunciar injusticias, abusos, privilegios del pasado que se perpetúan en el presente. Las cosas cambian muy, muy despacio.

P: Seguro que muchos piensan que tú ahora deberías estar disfrutando de tu jubilación, pero en lugar de eso sigues trabajando duro, ¿no es así? ¿Por qué?

R: En realidad, lo que se llama “jubilación” no es sino la finalización de una etapa remunerada con un sueldo mensual, pero la vida sigue. Por supuesto que hay personas que se jubilan del todo y dejan de ser útiles para la sociedad, pero hay otras, cada vez más, que continúan vivas, se les pague o no. Yo siempre he trabajado para mí, he sido mi jefa, y así seguiré mientras tenga salud.

P: Te hemos presentado SOMOS MADURESCENTES y te has convertido en seguidora de esta voz ¿Cómo definirías a los madurescentes que te rodean en el día a día?

R: Hay de todo. Mi marido, por ejemplo, tiene 76 años ¡y no para! Mi madre de 94 es autosuficiente. Tengo amigos y amigas que leen, escriben, pintan, viajan, se apuntan a todo tipo de cursos, siguen las clases en las Aulas de la Experiencia, acuden a conferencias e, incluso, a conciertos de rock. Aunque también los hay que solo hablan de enfermedades y de nietos, y aburren a un santo por mucho cariño que se les tenga. El aburrimiento es el peor enemigo de los madurescentes.

P: ¿Crees que es necesario y útil este movimiento? ¿por qué?

R: Suelo decir que arrasaremos el día en que fundemos un partido político, pero, claro, la edad nos vuelve escépticos, las fuerzas disminuyen, aparecen los achaques. Sin embargo, sí es cierto que debería oírse más la voz de quienes han trabajado y luchado por una sociedad mejor, más justa, y siguen haciéndolo. En épocas antiguas, los pueblos se regían por consejos de ancianos. Quizás haya llegado el momento de recuperar el puesto que nos corresponde.

P: Sabemos que escribes incansablemente ¿Nos puedes adelantar con qué estás ahora trabajando?

R: Hay quien piensa que las mitologías son cuentos de dioses, dragones, gigantes y hechiceras. En realidad, son religiones desaparecidas que alguna vez existieron. La gente creyó en ellas, como ahora cree en otras. Intento, de alguna forma, recrear las creencias paganas de nuestro pueblo y, aunque parezca pretencioso, ¡tal vez lo es!, me inspiro en Homero y en sus dos magníficas obras, “La Iliada” y “La Odisea”.

P: ¿Podría darse la posibilidad de que, en alguna de tus próximas novelas, se contextualice en esta etapa de la vida y tu historia esté de nuevo protagonizada por madurescentes?

R: Los madurescentes están siempre presentes en mis novelas en todo tipo de circunstancias, buenas y malas. Padres, madres, abuelos, gobernantes, religiosos, “brujas”, comerciantes, paganos, cristianos, judíos, musulmanes… están ahí y, ahora que lo mencionas, ¡todos y todas muy activos hasta el final!

P: Para terminar, nos gustaría que dedicases un mensaje a todos los seguidores de esta voz, que se ven reflejados en gente tan activa e interesante como tú. ¿qué te gustaría decirles?

R: Pienso que no hace falta decirles nada si ya son personas activas y están interesadas en seguir siéndolo. A quienes se sienten aparcados por una sociedad en la que imperan la guapura y la juventud, recordarles que la culpa es en parte nuestra por aceptarlo. Que dejen de lado los complejos de la edad y recuerden que el conocimiento y la experiencia son un plus que deben fomentarse hasta el final.

COMPARTIR:

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies