Por Consuvisa

Hace poco más de un par de años, mi vida volvió a comenzar. Si, esa vida caprichosa que a veces empieza y acaba, a su manera, y cuando tu menos te lo esperas. El día anterior había sido el día de la República, una conmemoración que de algún modo siempre había celebrado….y ese año, ni me había dado cuenta. Tan ocupada estaba en la pila de problemas cotidianos que olvide desear !SALUD¡ a mis compañeros. Y de pronto, aturdida, sentí como un relámpago que pasaba a través mío, una descarga eléctrica de las de película de miedo, que me hizo pararme y pensar. Bueno, ya había pensado otras veces pero….nunca como en ese momento. Yo creo que, aunque aun no andaba metida en esto de los Madurescentes, la energía que ya removía este proyecto me captó, y me puso la cabeza del revés, como yo le hacía a las muñecas, cuando era pequeña. El caso es que llegué a casa y dominada por un impulso incontrolable, comencé este diario:

Madrid, 15 de abril de 2015

Hoy es un día CLAVE, lo he decidido, y por eso con este cuaderno voy a empezar una etapa nueva en mi vida. A partir de hoy el día a día, mis pensamientos y mis sentimientos serán los que corresponden a una mujer madura, con experiencia profesional y en los avatares de la vida; decidida, trabajadora y positiva. Hoy dejo atrás todo lo malo de estos últimos años, a partir de este día practicaré el respeto y reconocimiento de mi misma y lo aplicaré a todas las personas que me rodean, sin cuestionar si lo merecen o no.

¡Tenía muchas ganas de cumplir cuarenta años! pensaba que cuando llegara a esa edad, sería como en las películas: siempre sabría qué decir, tendría una perfecta estabilidad emocional y económica, no me importarían las canas, ni si el vestido que llevaba me hacía muy “señora”; podría cortarme el pelo y no lucharía contra la larga melena que me torturaba cada mañana. Pero no fue así….. Pasaron los cuarenta sin enterarme, ahora con cincuenta y seis sigo pensando que ese vestido me hace muy “señora”, así que, más que nunca, uso vaqueros, y “pitillo” a poder ser. Me sonrojo en algunas situaciones comprometidas y no sé qué contestar en muchas otras. Me importan las canas y por eso me tiño de rubia (porque con el rubio se notan menos….) eso que siempre dije que no haría…… Hago ejercicio regularmente, controlo mi dieta y cualquier motivo insignificante me anima, me pone eufórica. No fueron los cuarenta, ha sido después de los cincuenta cuando he llegado a esa madurez reposada que ansiaba, y el caso es que acabo de darme cuenta. Veo las fotografías y algún video de mi madre y sus amigas a mi edad y al compararme con ellas, pienso en vida que tuvieron. Sin duda…peor que la que yo tengo hoy. Lucharon por protegernos de miles de carencias. Pero con cariño, al verlas ahora, pienso que su aspecto, a mi edad, era de “SUEGRA, ABUELA,…“

Por suerte ahora, en 2015, aunque tus hijos tengan pareja tu ERES LA MADRE DE……que no LA SUEGRA y tus nietos TE LLAMAN POR TU NOMBRE…. aunque a nadie le moleste que le llamen abuela. Estoy estrenando una edad en la que estoy como nueva: en plena forma física, conforme con mi aspecto….de rubia, con unas formas que nada tienen que ver con las que eran a los dieciocho (…digamos que he perdido algo de cintura…), pero con ganas y con mucho que aprender. Hay mucho por hacer, tengo mucho por vivir y mucho cariño que dar y recibir, por lo que he decidido que…”HOY ES EL PRIMER DIA DEL RESTO DE MI VIDA”………

Poco más de dos años después, consigo mantener ese pensamiento cada mañana. Y cuando estoy abatida, triste, cansada, desolada….pienso que al amanecer, volverá a ser mi primer día. Desde entonces, río o lloro anotando estas historias. Esto es el anecdotario de mi madurescente vida.

COMPARTIR:

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies