Esa frase que tantas veces hemos oído decir, y que para mí tanto sentido tiene. Hoy añadimos a nuestra andanza una nueva playlist con una fabulosa selección de temas rockeros que seguramente a todos los madurescentes nos suena haber oído alguna vez. La han seleccionado para nosotros los componentes del grupo CODIZE, de los que os hablaré otro día. Pero primero quiero contar cómo llegue hasta ellos, porque es una de esas anécdotas que me hace seguir empujando el grito de esta voz social. Esto fue lo que pasó…
El pasado mes de Febrero, estaba trabajando en uno de nuestros eventos, al límite, estresada, en pleno directo y encontrándome con la necesidad de resolver una de esas estupideces que la vida te pone delante, que por tonta, crees que no te vas a encontrar con ella. Pero, esta vez venía con mensaje. Una de las personas que intervenía en el evento, se había “perdido” en la noche, y no apareció cuando su transporte fue a recogerlo. Todo el equipo estaba al límite con lo que, me tocaba no molestar y resolverlo por mi misma. Una vez localizado el “interfecto”, había que enviar un nuevo coche a buscarle pero, todos los de producción estaban ocupados. Entre secuencia y secuencia, conseguí pedir un cabify en la aplicación de mi móvil. En cuanto me asignaron conductor, llamé para indicarle donde y cómo recoger a nuestro invitado, e indicarle todo lo que necesitaba.
Estaba al tiempo dando instrucciones por el intercóm, con lo que mi nivel de atención no se puede decir que fuera muy alto. De pronto, cuando miro la pantalla otra vez, creyendo que había marcado el número del conductor, veo que pone Dani de La Fuente….Cuelgo rápido, vuelvo a la aplicación y marco de nuevo el teléfono del conductor. Inmediatamente doy la orden de hacer un cambio de pantallas….y al mirar de nuevo el móvil, vuelvo a ver “llamando a Dani de la Fuente”. Cuelgo enfadada, recordando a uno de mis grandes referentes musicales pero, incómoda porque no entiendo porque repetitivamente me equivoco y marco el número de un viejo amigo. Lo intento por tercera vez, esta vez mirando fijamente la pantalla, concentrada….y veo que automáticamente sale “llamando a Dani de la Fuente”…… Dejo que siga sonando hasta que al otro lado, una voz familiar me dice: “Hola Alicia, ¿cómo estás?. Soy tu conductor de Cabify!…..”
Dani es uno de los mejores ingenieros de sonido que he conocido en mi vida. Un músico insaciable que lleva las notas en cada cabello de su melena siempre larga. Dani ha trabajado con y para los mejores. Recuerdo que cuando le conocí, los productores se sorteaban a aquel guapetón melenudo que era capaz de hacer mezclas tan perfectas. Trabajamos juntos en los tiempos de la TV durante más de tres años. Siempre feliz, siempre sonriente, juerguista pero, sin un solo fallo en lo profesional. Luego nuestros caminos se separaron. El siguió haciendo teles y yo empecé con Brava Producciones. Nunca perdimos el contacto y en estos últimos 21 años, ha seguido siendo para mí el primer teléfono a marcar cuando tenía que hacer alguna producción para algún cliente. En los últimos años, le vi luchar y defenderse de la crisis como podía, siempre con su sonrisa y su empeño de “tengo que seguir adelante”. Dani, en los buenos tiempos, se compró su casa, su coche, vivió bien, como de alguna manera hicimos todos, sin pensar que este gigante se cargaría a tantos artistas….no vamos a hablar ahora de lo que ha pasado con la música. En el verano de 2015 le encargué un trabajo que, como siempre, hizo perfecto. Nos tomamos una caña después y me contó que tenía dificultades, que seguía en la música pero, no lo suficiente como para mantenerse. La verdad es que le animé, y pensé que sería alguna mala racha pero que alguien, tan bueno, no podía sufrir esa situación por mucho tiempo.
Dani ha vendido su casa y todas sus cosas. Bueno, casi todas. Con ilusión, ha alquilado un nuevo piso, ha reconstruído su vida, llevado por la experiencia, siendo objetivo con sus posibilidades laborales, y adaptándose a esta nueva situación general que a tantos artistas sigue llevándose por delante. Pero es un viejo rockero. Digo mal: es un rockero madurescente, y como tal tiene claro que “renovar o morir”. Se ha convertido en conductor de coches de lujo durante el día, y músico de noche. En realidad es músico cada segundo pero, no ha consentido que ni la sobervia, ni la desesperación, ni la incomprensión, ni la caída del mercado, ni la desidia, ni los lamentos, se llevaran su capacidad por delante. El sabe cómo es, y lo sigue desarrollando. Pero no tiene ningún escrúpulo en buscar otro trabajo que le ayude a pagar las facturas. Nunca vendió ni sus equipos ni su cazadora de cuero negra.……. Y con ellos, en el poco tiempo libre que le queda, ha vuelto a unirse a otros cuantos músicos como él, con situaciones similares y diferentes pero, con ilusión, con los que regresado a sus orígenes: CREAR UN NUEVO GRUPO DE ROCK. Y así, me llevo a conocer a CODIZE, que hoy nos han regalado esa selección madurescente para Spotify.
Escribo esto porque Dani, además de músico, de amigo que siempre ha dicho si cuando le he necesitado, de persona realmente encantadora, hoy es un ejemplo de re-invención que admiro. Por eso esta editorial es para él. Gracias Dani por ser un maravilloso ejemplo madurescente. Por no haberte quedado ahí, rodeado de lamentaciones, culpando a las injusticias y a los otros de no dejarte seguir viviendo como antes. Gracias porque sigues siendo igual de alegre, tanto cuando estas grabando, como cuando vas al volante. Gracias por tener la energía de implicarte en formar un nuevo grupo, y tocar, componer, …..disfrutar. Gracias porque por la gente como tu, que no le dais cancha a la edad para pararos, yo voy a seguir tirando de este carro. Pronto te vamos a ver tocando con tu grupo, y con tu cazadora negra. Y yo te voy a aplaudir.