Como ya hemos contando en Somos Madurescentes, la esperanza de vida actual es cada vez mayor y su tendencia es que siga aumentando, cada vez viviremos más. Por lo tanto, existe una mayor probabilidad de que aparezcan casos de edadismo y seamos conscientes de ello. Una discriminación por edad que afecta directamente a los madurescentes y personas más mayores.

 

Edadismo o discriminación por edad.

El edadismo es un tipo de discriminación que existe desde siempre, aunque muchos no le hayamos puesto nombre antes, o no nos hayamos dado cuenta de su existencia. De hecho, es una de las tres grandes formas de discriminación de nuestra sociedad, por detrás del racismo y el sexismo.

Ya sea intencionado o no, existen ciertos comportamientos con los que se trasladan desacuerdos, insultos leves, adjetivos despectivos o comentarios negativos hacia estas personas, simplemente por el concepto erróneo que se tiene sobre la edad.

Según la CEOM (Confederación Española de Organizaciones Mayores) “la discriminación por edad es uno de los estereotipos más difíciles de identificar debido al grado de aceptabilidad social y cultural, la estereotipia del lenguaje y la imagen distorsionada que se tiene sobre este grupo de población”.

 

Estereotipos ligados a la edad

En Somos Madurescentes luchamos por romper los estereotipos sociales que existen ligados a la edad, ya que la imagen estereotipada que tiene gran parte de la sociedad representa a una persona mayor, débil, que refleja enfermedad, abandono o dejadez.

Las actitudes discriminatorias también se reflejan en comportamientos caracterizados por la simplificación o superficialidad de las conversaciones, el tono emocional a veces degradante, entonación exagerada, desaprobación de los argumentos mediante comunicación verbal o gestual, tono elevado, y un largo etcétera que, si analizamos, nos recordará al lenguaje para hablar con un bebé.

Y es que la infantilización “en realidad pretende la desposesión de los derechos inherentes a una persona adulta y un fácil manejo o manipulación de las personas mayores”, asegura Miguel Ángel Vázquez, Presidente de la SGXX (Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría).

 

Discriminación generalizada

El edadismo lo vemos reflejado en casi todos los ámbitos de nuestra vida. Desde meras conversaciones, hasta en el trabajo o incluso la publicidad.

Como ya hemos comentado en otro de nuestros artículos, la publicidad es un reflejo de esta discriminación, donde las personas con más de 50 años tienen un pequeñísimo papel, y la mayor parte de las veces, relacionado con dolencias e incontinencias. No existe una publicidad dirigida a madurescentes.

Además, en el ámbito laboral también se dan casos de edadismo. Los madurescentes se encuentran con un obstáculo durante su vida laboral: haber pasado los 50. Muchos despidos son por cuestiones de edad, por considerar que la persona está obsoleta y que ya no es capaz de realizar ciertos trabajos o asumir ciertas responsabilidades.

Nosotros, desde Somos Madurescentes queremos hacer visible esta realidad.  Conseguir que todos seamos conscientes de la situación en la que nos encontramos y consigamos que cambie a mejor, dándole una oportunidad a la experiencia, al conocimiento y a la edad.

 

 

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