Por Consuvisa

Madrid, 10 de Marzo de 2015

He comenzado a darle vueltas y más vueltas, y… cuando una no “tiene madera”…pues eso “NO TIENE MADERA”

Necesito hacer algo en contra de las normas, revelarme, sacar la furia de la indefensión que llevo dentro, dejar de portarme como un manso, un borrego social; esos que no piensan, no gritan, no corren la cortina…sólo comen, duermen y cagan con esa mirada triste, ausente…

¡¡¡¡Voy a delinquir de manera brutal¡¡¡…ME SALTARÉ LAS NORMAS. Desde este momento me revelo contra todos los que nos mandan el camino a seguir (haz lo que yo diga pero no lo que yo haga), en contra de la SOCIEDAD, Y DESDE ESTE MOMENTO…ME ALZO EN ARMAS CONTRA ELLA”…

Estoy en la cocina y me descubro con la cuchara de madera en la mano derecha levantada como un estandarte…Veo como rebosa la cacerola donde estoy haciendo un caldo corto de pescado…Salgo a toda velocidad de mi éxtasis y me pongo a limpiar la cocina como una posesa, está hecha unos zorros. Río alegre por mis pensamientos y…comienzo a tramar mi plan, mi venganza, mi válvula de escape…

¿En qué puedo delinquir?

Tengo que buscar algo que me aporte esa pequeña satisfacción de sentirme libre, de romper el molde y salirme por un momento del rail….pero….ojo¡¡¡¡¡¡ a mis años (55) no me voy a volver loca, tengo que mirar por mi “posición”, “estatus”, “edad”….no puedo delinquir de cualquier manera, ¡ala a tontas y a locas¡… no puedo permitir que me supere o…que me lleve a la cárcel…Tiene que ser algo leve…benigno…que no requiera demasiado esfuerzo, ni mucho trabajo, con una pena pequeña en caso de que me atrapen.

También tengo que conseguir una satisfacción personal, algo que cuanto menos suponga saltarme las reglas, incumplir alguna norma, algo que a mí me aporte gozo, deleite sin hacer daño a los demás.

Me vendría muy bien ASALTAR UN BANCO, ¡jejejej¡…aunque después del incidente del supermercado…ME DECLARO INCAPAZ.

¿Y SALTARME LAS NORMAS DE CIRCULACIÓN?,nononooo me freirían a multas y alguien podría salir herido.

Pues DEJAR DE RECICLAR…¡A LA MIERDA CON TODO¡… voy a mezclar la basura orgánica con el papel y los envases; ¡ala! Que se fastidien en el vertedero. “Un breve silencio en el que se pueden escuchar mis pensamientos”. No puedo hacer eso, va contra mi esencia…si al menos no fuera abstemia podría emborracharme¡¡¡

Nunca he bebido alcohol, ni he probado drogas, ni siquiera cuando era joven y pasaban los porros por mi mano, jamás le di una calada; no me apetecía, no me gustaba el olor ni que hubiera estado en la boca de ese amigo mío que me tenía ganas y era un poco babas, siempre con salivilla en la comisura de los labios.

¡¡¡JAJAJAAAA¡¡¡¡ ¡LO TENGO¡ ¡EUREKA¡ ¡ME HARÉ DELINCUENTE CULTIVANDO MARIHUANA¡…aplausos (yo misma) jjjjjjj que gran idea, esto traspasa los límites de mi conducta socialmente recatada, obediente y mansa…pero…¡NO FUMO!…, …, …, … ¡HARÉ GALLETAS!

Con la MARÍA que cultive, haré galletas, las llevaré a la oficina e invitaré a amigos y familia para disfrutar de la cosecha y compartir MI DELITO. Eso es, todos nos revelaremos en contra de las normas y nos reiremos juntos. Decidido “CULTIVARÉ MARIHUANA”

En cuanto tomé mi decisión, comencé a disfrutar contándolo a todos, mis compañeros de trabajo, mis amigos, mi familia…las risas se sucedían y descubrí que todos compartían conmigo esa necesidad de ”revelarse”, de “vaciar el costal”, de “reír”. Se sentían identificados con todo lo que les contaba sobre el “DIA A DIA”. Ese día a día que es igual para todos y que debemos tomarnos con un buen sentido del humor y muchas dosis de alegría, retranca y paciencia para no volvernos locos de verdad.

Cuando fuimos a comer casa de mi hermano por el cumple de mi sobrino en el mes de mayo, me hicieron un regalo, entre ambos habían conseguido que prosperaran cuatro semillas de marihuana, cuatro macetitas de menos de tres centímetros de diámetro con una plantita en el centro de cada tiesto que apenas se alzaba otros tres centímetros, verdes, divertidas, se erguían como si fueran importantes…

Las risas fueron totales y mi alegría infinita, todos quería participar conmigo de esa locura que se le había ocurrido a la que un día fue ”la niña” y ahora es “la tía”,les había contagiado. Bueno a todos menos a mi pareja, que como hombre recto, responsable, adulto madurescente, su ética no le permitía relajarse y disfrutar.

En cuanto salimos de casa de mi hermano me dijo, sabes que no está permitido cultivar marihuana en las casas, que es ilegal, no se pueden cultivar más de tres macetas para consumo propio…él no pensaba ayudarme a cuidarlas (es el que se ocupa de que nuestras terrazas estén siempre frondosas y limpias; nuestras plantas y arbolitos verdes y cuidados)

Le miré, le sonreí y le dije: ES MI DELITO, yo me ocuparé.

Pienso que se ocupó de que no prosperaran, inmediatamente me dijo que una de las plantitas estaba muerta. Ya sólo quedaban tres (lo permitido por la ley para consumo propio). Otra de las macetitas se calló del alfeizar de la ventana de su baño y se espachurro. Aunque sobrevivieron dos a la purga, sólo prosperó una. En el mes de julio ya para el verano, sobresalía más de 40 centímetros de la barandilla de la terraza soleada que tenemos y da a la zona común de nuestra urbanización. E. se comenzó a poner nervioso. ¿Qué dirán los vecinos? ¡Esto huele mucho¡ Me he enterado que la policía sobrevuela las terrazas controlando las “plantaciones” de marihuana…

Tuve que ceder y pasar nuestra “plantación” (una maceta de 1,60 metros) a la terraza que da a la calle, es más grande, norte total, muy sombreado y no se veía la planta desde la calle,…sólo desde el aire “si sobrevolaba las terrazas la policía”.

¡Qué bien me sentía! todos mis conocidos me preguntaban por mi “plantación de marihuana”esperaban con impaciencia el día para probarla, estaba haciendo algo un poco irreverente, un pequeño paso al margen de la ley, me divertía compartir con todos ese puntito canalla, esa forma de saltarme las normas. ¡ERA GENIAL¡

Llegado el momento de la cosecha, busqué tutoriales en internet, no tenía ni idea de lo que debía hacer. Todos los tutoriales eran para plantaciones y yo hice un mix con mis conocimientos, lo que oía por ahí y lo que leía en internet.

Metí la maceta en la cocina, pesaba como “un muerto” (nunca he cogido un muerto en brazos pero era lo que decía mi mamá)después de cubrir el suelo con un plástico, comencé a cortar las ramitas y como no tenía secadero, utilizando páginas de un periódico atrasado hice cucuruchos de papel que cubrían cada una de las ramitas cortadas, las até con un bramante de algodón por la parte estrecha del cucurucho, dejando abierta la parte ancha para que le entrara aire pero no la luz. En el tendedero de la cocina coloqué unas cuerdas en las que instalé boca abajo todos los cucuruchos. ¡Es increíble la naturaleza¡ había acabado las páginas del periódico y aún me quedaban algunos ramilletes por colgar además del tronco central de la planta. Uffff, nunca pensé que la agricultura diera tanto trabajo.

Trocee bien el tronco, lo metí en una bolsa de basura junto con los restos y ala, al contenedor orgánico. Limpié la cocina y me dediqué a contemplar mi obra. El tendedero parecía un secadero de chorizos, jjjjj.

Cuando E. entró por la puerta al llegar de trabajar, “ojiplático” me dice ¡Huele todo el rellano de la escalera¡¡…se ha metido el olor hasta en el ascensor estás cada día más loca. Entre risas, le di la razón, y le anuncié que una vez secado, le invitaría a disfrutar de mis galletas.

 

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